LA VITAMINA D
¿QUÉ ES LA VITAMINA D?
Desde su descubrimiento en 1918, la vitamina D ha pasado de ser solo una vitamina, a comportarse en realidad como una hormona con múltiples efectos en nuestro organismo. Para ejercer sus funciones, debe convertirse a su forma activa, la 1,25-dihidroxivitamina D3.
La deficiencia de vitamina D es una situación cada vez más frecuente en la población general, y todavía lo es más en ciertos grupos de riesgo como ancianos que viven en residencias, pacientes hospitalizados, personas con intolerancia al gluten (pues tienen una mala absorción intestinal), mujeres embarazadas o personas que no pueden exponerse al sol.
FUNCIONES CLÁSICAS DE LA VITAMINA D
La vitamina D tiene como acciones tradicionales las relacionadas con el metabolismo mineral óseo y el equilibrio entre el calcio y el fósforo. Todo ello por sus efectos en la interacción entre intestino, esqueleto, glándula paratiroides y riñón:
- Intestino. Aumenta la absorción de calcio y fósforo en el intestino, siendo fundamental, pues sin una adecuada cantidad solo se absorbe el 10-15% del calcio y el 60% del fósforo, ingeridos en la dieta.
- Esqueleto. La vitamina D es vital para el desarrollo y la mineralización del esqueleto. Su deficiencia produce raquitismo en niños y adolescentes, y una enfermedad llamada osteomalacia en adultos.
- Glándula paratiroides. La vitamina D modula la función de las glándulas paratiroides. Cuando existe déficit de vitamina D la paratiroides aumenta de tamaño y se eleva la secreción de paratohormona (PTH).
- Riñón. A través del riñón, la vitamina D se autorregula. Es en el túbulo renal donde se realiza su activación final.
NUEVAS ACCIONES DE LA VITAMINA D
La vitamina D tiene múltiples acciones no relacionadas con el calcio, que explican la relación de su deficiencia con muchos tipos de enfermedades. Veamos algunas de estas acciones «no clásicas»:
- Diabetes. La deficiencia e insuficiencia de vitamina D supone un mayor riesgo de padecer diabetes tipo I y tipo II. Respecto a la diabetes tipo I, se ha encontrado que los niños y adolescentes que la padecen tienen concentraciones menores en el momento del diagnóstico, en comparación con sus controles normales. En relación a la diabetes tipo II, se ha reportado que un aporte adecuado de vitamina D mejora la resistencia a la insulina. Es más, una exposición adecuada al sol, disminuye en un 30% el riesgo de desarrollar este tipo de diabetes (junto a otras medidas de salud, por supuesto).
- Enfermedades cardiovasculares. Hasta ahora se ha encontrado que la vitamina D disminuye la inflamación asociada a la aterosclerosis (placas en las arterias) y la hipertensión, pues reduce la dureza de las paredes arteriales. Su déficit podría catalogarse como un factor de riesgo cardiovascular, pero hacen falta más estudios para determinar cómo prevenir o controlar este riesgo relacionado con la falta de la vitamina D.
- Cáncer. Diversos estudios epidemiológicos han mostrado que existe asociación entre factores relacionados con déficit de vitamina D (estilo de vida, menor exposición solar, etc.), y una mayor incidencia de ciertos tipos de cáncer como colon, mama y próstata. Por otra parte, diversos estudios de laboratorio han encontrado que la exposición de células tumorales a altas concentraciones de vitamina D inhibe su proliferación, e incluso su invasión y metástasis.
- Sistema inmune. La vitamina D favorece el control de las infecciones (especialmente tuberculosis), de las enfermedades autoinmunes (esclerosis múltiple, enfermedad de Crohn, lupus, artritis reumatoide, etc.) y el rechazo a los trasplantes.
CÓMO OBTENEMOS LA VITAMINA D
De dos formas:
- Síntesis cutánea. Es lo que se llama forma endógena de la vitamina D o colecalciferol (vitamina D3). Se activa su síntesis en la piel por acción de los rayos ultravioleta B (UVB). Supone aproximadamente un 90% de su aporte.
- Mediante la alimentación, o forma exógena (supone un 10% del aporte):
- A partir de fuentes vegetales, que es la que se utiliza para fortificar leche de soja o almendras, cereales, etc. Se llama ergocalciferol o vitamina D2.
- A partir de fuentes animales como los pescados grasos (arenque, bacalao, caballa) y en menor cantidad huevos y productos lácteos. Es el colecalciferol o vitamina D3.
- Mediante suplementos que contienen vitamina D. Aconsejamos consultar a su médico, pues el exceso de vitamina D puede resultar tóxico.
Es decir, la principal fuente de vitamina D proviene de la exposición de la piel a la luz solar y solo una pequeña parte proviene de la ingesta.
LOS NIVELES DE VITAMINA D EN SANGRE
El rango normal de vitamina D se mide en nanogramos por mililitro (ng/ml). Como valores orientativos, pues existen pequeñas controversias:
- Deficiencia: valores menores a 20ng/ml
- Insuficiencia relativa: valores entre 20-30ng/ml
- Óptima: valores entre 30-40ng/ml
- Intoxicación: valores mayores a 150ng/ml
Los niveles por debajo de l o normal pueden deberse a una deficiencia de vitamina D, que puede resultar de:
- Falta de exposición a la luz solar.
- Falta de vitamina D suficiente en la dieta.
- Enfermedades hepáticas y renales.
- Absorción deficiente de los alimentos.
- Uso de ciertos medicamentos, como fenitoína, fenobarbital,etc.
- Bebés alimentados exclusivamente con leche materna.
RECOMENDACIONES ACTUALES DE INGESTA DIARIA DE VITAMINA D
Según el Instituto de Medicina de Estados Unidos (IOM):
- Menores de 1 año: 400 UI/día
- De 1 a 70 años: 600 UI/día
- Mayores de 70 años: 800 UI/ día
Esto son estimaciones generales. Nosotros aconsejamos siempre consultar con su médico que es el profesional que, dadas sus características personales de salud, decidirá si necesita o no suplementación.
Unos valores bajos de vitamina D pueden no manifestarse, pero implican un mayor riesgo a largo plazo como factor de riesgo para múltiples enfermedades.
FUENTES
- Vitamina D: Nuevos paradigmas. Medicina y Laboratorio 2011, Volumen 17, Números 5-6, Edimeco, Universidad de Antioquía.
- Diagnóstico y tratamiento de la deficiencia de vitamina D. Rev. Chil. Nutr. Vol. 36, Nº 3, Septiembre 2009.
- Déficit de vitamina D en el adulto: clínica, diagnóstico y tratamiento. M. Marazuela. Endocrinol. Nutri. 2005; 52 (5): 215-23.
- Metabolismo: fuentes endógenas y exógenas de vitamina D. M. Á. Valero, F. Hawkins Carranza. REEMO 2007; 16 (4): 63-70, Madrid.